Descripción
Mujeres que Corren con los Lobos es la obra magistral de la analista jungiana: Clarissa Pinkola Estés. Ha sido traducido a 18 idiomas y reúne para su estudio a grupos de mujeres en todo el mundo.
Ella pertenece además a dos linajes de familias cantadoras de cuentos, una mesoamericana y otra de Europa del Este. De ambas ha bebido de la tradición oral desde niña y junto a su conocimiento arquetípico han dado lugar a la prolongada tarea de crear este libro sobre la psique femenina, que ha dado la vuelta al mundo y ha tomado el sobrenombre de: «Biblia de las Mujeres»
¿Por qué es tan importante este libro? y ¿Cómo es que hay tantos grupos de mujeres en torno a su lectura?
Su labor de arqueomitología excava en las profundidades de nuestra mente para rescatar el alma y traerla a la superficie, a través de la restauración de antiguos cuentos y su análisis detallado abre una puerta a la comprensión de los mapas que conducen a una mujer hacia su realización y las trampas que suele encontrar en el camino.
Según Clarisa Pinkola Estés, la diferencia entre vivir desde el alma y vivir sólo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de percibir y aprender nuevas maneras la tenacidad de atravesar senderos turbulentos y la paciencia de aprender el amor profundo con el tiempo.
El arquetipo de la Mujer Salvaje en Mujeres que Corren con los Lobos
La mujer sufre de un exceso de domesticación.
No obstante detrás de cada una de nosotras, (incluso de la más reprimida) hay una fuerza que engendra todas las facetas de la feminidad. Alguno de los nombres que esta fuerza ha recibido es: “La Loba” o “La Huesera”
La Mujer Salvaje es el arquetipo de mujer natural e instintiva que ha recuperado su libertad y conoce los mapas para conducirse por su verdadero camino. La mujer que no ha sido mutilada espiritualmente por más aparezca reprimida durante siglos. Estamos hablando de la esencia femenina.
Salvaje sería sinónimo de sanada, con cicatrices cerradas y dispuesta a llevar la medicina a todas las cosas en forma de relato, cuento, sueños, palabras, símbolos…
La palabra “salvaje” nos remite a considerarla como una criatura natural, integrada como hija de la Tierra y abrazada a su naturaleza cíclica y creativa. Representa también a la mujer que no se deja influenciar o embaucar por las influencias externas. Que se dirige por su brújula interna, pues sabe que le va la vida en ello.